Consejos clave para evitar las crisis navideñas

Los padres y sus tres hijos visibles desde atrás.

La temporada de vacaciones ya está aquí y, aunque este año puede parecer diferente debido a las órdenes de quedarse en casa en muchos lugares del país y del mundo, sigue siendo un montón de emociones y cambios para los niños pequeños. A menudo, nuestras expectativas y, admitámoslo, las expectativas de los miembros de la familia, no se ajustan a la realidad de lo que los niños pequeños pueden manejar. 

Aunque este año puede ser un poco diferente en cuanto a las reuniones, ya que gran parte del país no viaja o celebra pocas reuniones o ninguna, los padres pueden ayudar a gestionar las expectativas, sea lo que sea lo que eso suponga para tu familia. Parte del establecimiento de las  expectativas puede consistir también en reconocer en qué será diferente y qué cosas seguirán siendo iguales. Esto puede ayudar a minimizar el dolor que pueda sentir tu hijo por la pérdida de unas "vacaciones normales". La tristeza puede seguir llegando, así que hazle sitio y mantén el ritmo un poco más lento y predecible.

Durante las fiestas familiares, se espera que los niños se queden despiertos hasta más tarde, se salten las siestas y digan por favor y gracias MUCHO. A menudo, se espera que los niños se disfracen, se sienten a la mesa más tiempo y entablen conversación, todo ello mientras comen diferentes alimentos, incluidos montones de dulces, mientras están cansados y sobreestimulados. Esto suele ser una receta para esas "crisis navideñas en las que todos te miran".

Por qué ocurren

Los niños mejoran con la rutina como punto de apoyo, así que cuando las rutinas se ponen patas arriba, los niños no saben qué esperar y el poco control que tienen sobre sus vidas se desvanece. Sus cerebros simplemente no están lo bastante desarrollados para mantener la compostura durante largos periodos de tiempo, especialmente en circunstancias estresantes. Sí, las vacaciones, e incluso la excitación, pueden calificarse de estresantes. La excitación es una emoción fuerte y, unida a tantas cosas inesperadas y que requieren flexibilidad, el cerebro de los niños no siempre está preparado para digerirlo todo. 

Prevención

Con lo que sabemos sobre los niños y sus cerebros, podemos adelantarnos de algunas maneras que les ayudarán a prepararse para lo que les espera. Como dice el refrán, más vale prevenir que curar.

  1. Prepárate con antelación
    Toda la información que tengas y le cuentes, ayudará al niño a comprender y saber lo que ocurrirá. Puedes darle información sobre quién asistirá a las reuniones (o videollamadas en su caso), qué cosas pueden ocurrir, cuándo estará lista la cena, cuándo se abrirán los regalos (una familia hizo un regalo por hora para que todo fuera divertido pero relajado durante todo el día) y qué tipo de actividades haréis. Cuanto más pequeño sea el niño, más ayudas visuales necesitará para comprender, como por ejemplo las fotos.

  2. Mantén algunos puntos de contacto
    Los puntos de contacto son personas o cosas conocidas que ayudan a los niños a afianzarse. Los puntos de contacto pueden ser cualquier cosa, desde un peluche favorito hasta una comida conocida en la cena en una mesa llena de alimentos desconocidos. Estos puntos de contacto ayudan a los niños a sentirse más estables y en control.

  3. Sigue las rutinas de sueño
    El causante número uno de las rabietas es la falta de sueño, porque con la falta de sueño disminuye la capacidad de regulación y se agudiza el sistema nervioso. A menudo, durante las vacaciones, los padres tienen la tentación de "que se salten la siesta esta vez" o "que se queden despiertos hasta tarde, estarán bien". Eso suena bien en teoría, hasta que te encuentras con un niño malhumorado e inconsolable mientras los demás no entienden qué le puede pasar. Un niño bien descansado será un niño mucho más feliz, y aunque nadie más lo entienda, merece la pena ponerle límites. Te lo agradecerás y también te darás un pequeño respiro aquí y allá.

  4. Dedica tiempo a la tranquilidad
    Dependiendo de la edad del niño, es estupendo tener un lugar tranquilo al que escaparse para adelantarse a la sobreestimulación. Para los niños pequeños, puedes intentar hacerlo una vez cada hora, para los mayores puede ser sólo una o dos veces al día. Intenta leer un libro o simplemente dar un paseo para que, cuando vuelvas, consigan estar flexibles y tranquilos. Es como incorporar una taza de zen unas cuantas veces al día.

Manejar el inevitable deshielo

Una vez que hayas hecho todo lo posible para prevenirlo, lo más probable es que aún se produzcan una o dos crisis y, cuando eso ocurra, esto es lo que puedes hacer para ayudar a tu pequeño a superarlas. Les ayudará a sentirse más conectados y a que su cerebro vuelva a su centro de calma y tranquilidad.

  1. Llévalo al lugar más tranquilo y privado posible
    Cuando veas señales de enfado, en lugar de dejar que se agrave, es útil llevar a tu hijo a un lugar más tranquilo y privado para que se regule. Cuando el entorno es ruidoso y caótico, el enfado se produce más rápidamente. Prueba a salir fuera, a una habitación vacía o a dar un paseo hasta que se le pasen los sentimientos.

  2. Agáchate a la altura de los ojos o por debajo
    La ciencia del cerebro demuestra que agacharse disminuye la amenaza percibida por el cerebro y hace que la amígdala se sienta más segura. Así que si un niño muestra signos de perder la calma, agacharte a su altura mientras te comunicas le ayudará a verte como un aliado, en lugar de como un adversario.

  3. Empatiza y escucha activamente
    Una vez que te hayas calmado y estés preparado para hablar con ellos, la empatía es tu arma secreta para los ataques de nervios. La escucha activa o reflexiva ayuda a calmar el cerebro enviando el mensaje de que se comprende a la otra persona y de que lo que está pasando importa. Es una forma de describir los hechos y cómo pueden estar sintiéndose respecto a esos hechos. La escucha activa aclara el significado del niño y se parece más a una pregunta que a decirle cómo se siente. Podría sonar como:

Madre: "A tí realmente no te gustó que papá te dijera que no podías comer esa galleta después de que yo te dijera que sí podías, ¿verdad?".

Niño: "¡No! ¡Es el peor!"
Madre: "¡Pareces muy enfadado con él! Seguro que no te gustó que te dijera otra vez lo que tenías que hacer..."

Niño: "No, ¡todo el mundo me da órdenes!"
Madre: "Eso puede ser muy frustrante, ¿verdad?"

Niño: "Lo es... ¿Puedes ir a decirle a papá que has dicho que puedo comer la galleta?"

Padres: "Claro que sí, te cubro las espaldas..."

 

  1. Haz un plan para volver a entrar cuando estés preparado.
    Fíjate en que arriba el niño se calmó y estaba dispuesto a averiguar cómo resolver su problema. Así que ahora podría ser el momento de preguntarle si está listo para volver a la fiesta.
    Un ejemplo podría ser

Padre o madre: "¿Estás preparado para hacerlo ahora o necesitas unos minutos más de tranquilidad?"

Niño:"¿Qué tal si vas a buscarme la galleta y nos acurrucamos un poco más?"

Padres: "Eso suena bien. Es relajante, ¿verdad? A veces está bien tomarse un pequeño descanso".

Tanto si te quedas en casa con tu familia más cercana, como si vas a ver a tu familia que vive lejos, las vacaciones pueden ser un reto para cualquier familia con niños. Puede que no evites las crisis por completo, pero espero que estos consejos te ayuden a manejarlas con más confianza y facilidad. ¡Todos necesitamos una dosis extra!

Felices Fiestas y puedes seguirme en RespectfulParent.com para ver lo que ofrezco en el AÑO NUEVO!

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Este blog ha sido escrito por la invitada Kelly Meier. Es madre, instructora certificada de Formación para la Eficacia de los Padres y entrenadora de padres en San Diego, California, y ayuda a los padres a encontrar el equilibrio en la crianza.
Los niños tienen todo tipo de temperamentos y Kelly tiene un don para relacionarse incluso con las voluntades más fuertes, lo que le permite ver a todos los niños como personas capaces e íntegras y, por tanto, le ayuda a guiar a sus padres para que empiecen a verlos de una forma menos desafiante. Puedes estar al día sobre Kelly en respectfulparent.com
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