5 formas de apoyar los grandes sentimientos y los comportamientos desafiantes del niño pequeño

Un niño pequeño y su madre, ambos con una mochila portabebés Tula a juego.

Este blog invitado está escrito por Hannah y Kelty, copresentadoras del podcast sobre paternidad:Crianza.

Ahora pasamos más tiempo con nuestros hijos que nunca, ya que muchos de nosotros luchamos por compaginar trabajo y crianza en cautividad. Los sentimientos crecientes y los comportamientos desafiantes de nuestros queridos bebés pueden minar nuestra productividad y amenazar nuestra cordura y, a menudo, nos llevan a sentirnos en conflicto, frustrados e impotentes. 

El trabajo crítico de desarrollar habilidades y fomentar la conexión con nuestros hijos pequeños se produce de forma natural durante los momentos alegres, como leer, jugar y abrazar, pero también hay oportunidades igualmente mágicas en los momentos más difíciles. Desde los lloriqueos hasta los gritos, pasando por los aferramientos y los golpes, las desconcertantes exhibiciones de travesuras y bravuconadas de nuestros hijos nos demuestran, en última instancia, que necesitan nuestro amor y orientación ahora más que nunca. ¡Aparezcamos y crezcamos! 

A continuación encontrarás cinco maneras de prosperar -no sólo de sobrevivir- a la situación actual y crónica de la paternidad que muchos de nosotros estamos experimentando. Estas ideas, basadas en la investigación, pretenden concienciar, elevar las habilidades y alimentar la conexión familiar para que todos podamos acercarnos en lugar de alejarnos en estos tiempos difíciles.

1. Acércate con curiosidad

Los grandes sentimientos y los comportamientos desafiantes de los niños pequeños siempre ocurren por una razón. Acercarnos a ellos con curiosidad en lugar de juzgarlos, ¡la interacción puede resultar óptima para ambos! Preparar la escena exige que tengamos en cuenta nuestra proximidad, vibración y tono. Por ejemplo, cuando nuestro hijo pequeño está hurgando en una planta querida o tirándose al suelo, intentamos acercarnos, establecer contacto visual y utilizar una voz curiosa y sin prejuicios que invite su atención y pueda empezar a calmar su alteración. 

Eso parece: 

  • "Hola... ¿cómo va todo por aquí?"  
  • "¿Qué haces con la planta, cariño?"  
  • "Cariño, te estoy oyendo... estás luchando".

Queremos que nuestros hijos sepan que el hogar es un lugar seguro para aprender sobre sí mismos y sobre su mundo. Si reaccionamos a sus enfados o payasadas con sorpresa, urgencia, decepción o frustración, esas vibraciones negativas pueden exacerbar su respuesta o asociarse a cómo pueden percibir nuestra orientación a medida que crecen. Aunque la curiosidad tranquila no siempre es posible, ¡es una habilidad útil que se hace más fácil con la práctica!

2. Mantén los límites con calidez 

Antes de poder apoyar los sentimientos de nuestros hijos pequeños, comprender sus necesidades y darles información, tenemos que mantenernos firmes en nuestros límites para que todos estemos seguros. Esto también prepara el terreno para una mejor comprensión y para que compartamos "el por qué" y "lo que sigue". Ya sea que impidamos que una mano golpee, que una olla se estrelle, que un perro muerda o que una puerta se abra, estamos mostrando a los niños qué esperar con nuestros cuerpos y simples palabras. Este acto es increíblemente validador para el sentido último de seguridad de nuestros hijos, aunque a veces pueda parecer que les altera más en el momento. 

Eso parece: 

  • "Oh, cariño, tengo que impedir que tu mano agarre eso...".
  • "Voy a poner este jarrón aquí en un lugar seguro mientras hablamos...".
  • "No puedo dejar que me pegues... Voy a dejarte en el suelo un momento".

Los cerebros en crecimiento de los niños pequeños se ven abrumados fácilmente por sentimientos e impulsos, y nuestro instinto de reprenderles o retarles a parar puede socavar su aprendizaje y nuestra conexión. Establecer un límite de la forma más cálida y tranquila posible honra su impulso natural, ¡mientras nos mantenemos firmes con nuestros límites! También ayuda a los niños a sentirse menos estresados por la seguridad de nuestro apego, permitiéndoles centrarse más en el asunto que tienen entre manos, donde puede tener lugar un mejor aprendizaje. 

3. Valida con empatía 

Podemos creer que conocemos bien a nuestros niños pequeños, pero en realidad no podemos ni empezar a imaginar, y mucho menossaber, ¡cómo experimentan el mundo de forma única! Sus sentimientos extremos y sus comportamientos desconcertantes son información crítica que puede ayudarnos a ayudarles mejor. Desde la ira a la frustración, pasando por el miedo y la decepción, las respuestas de los niños pequeños a nosotros y a su mundo, apropiadas para su desarrollo, simplemente nos muestran dónde y cómo necesitan más apoyo. Dejar espacio para su experiencia personal calma su sistema nervioso y prepara el terreno para la colaboración y el crecimiento. 

Eso parece: 

  • "Parece que realmente querías tumbarte encima del perro... ¡Su pelaje es muy suave, lo entiendo!".
  • "¿Te gustaría comer otra galleta? Te gustan tanto!"
  • Sin hablar, sólo asintiendo con una expresión cálida y comprensiva mientras expresan sus sentimientos y necesidades de la mejor forma que saben hacerlo en ese momento. 

La resiliencia y una elevada inteligencia emocional son sueños que tenemos para nuestros hijos, e invertir tiempo en dar espacio a su experiencia interior puede contribuir a alcanzar ese objetivo. Cuando podemos dedicar tiempo a validar y reflejar todos sus sentimientos más duros, nuestros hijos pequeños pueden aprender a identificar, gestionar y expresar sus propias necesidades subyacentes de forma más adaptativa. 

4. Informar con creatividad 

Los niños pequeños son como pequeños científicos, ¡interminablemente curiosos sobre su mundo! Cuando los grandes sentimientos se han calmado y sus cerebros están más receptivos al aprendizaje, podemos invitarles a explorar qué alternativas hay para satisfacer sus necesidades y cómo podemos ayudar para avanzar en el aprendizaje. Cambiar los sermones y la severidad por el humor y la creatividad a la hora de compartir información, fomenta una sensación de seguridad y confianza en nuestros niños pequeños. Valida sus impulsos naturales y les muestra que podemos ayudar a que su mundo tenga sentido mientras nos aventuramos a su lado. 

Eso parece: 

  • "¿Puedo decirte por qué esta planta es tan sensible?"
  • "Si quieres lanzar bloques, sígueme: ¡tengo el lugar perfecto que es seguro!".
  • "¿Qué te ayudaría en este momento? Estoy aquí para un abrazo... ¡o una pelea de almohadas!".

Queremos que nuestros hijos pequeños aprendan que los retos emocionales o los "errores" no son obstáculos para su éxito o para nuestra relación, sino caminos hacia ella. Involucrar a los niños en el proceso de resolución de problemas les da un sentido en sus vidas y les muestra que sus comportamientos no nos ponen nerviosos ni nos ofenden... Son sólo pistas sobre sus necesidades más profundas que podemos ayudarles a identificar y satisfacer.

5. Procede con confianza

Admitámoslo: cuando nos vemos arrastrados por exigencias o simplemente al límite de nuestras fuerzas emocionales, no siempre es posible abordar los grandes sentimientos y los comportamientos desafiantes de nuestros hijos pequeños con curiosidad, mantener nuestros límites con calidez, validar su experiencia con empatía e informarles con creatividad. Y no pasa nada. Somos humanos, y nuestrospequeñoshumanos pueden, comprensiblemente, empujarnos hacia nuestra paciencia y recursos. Volver a hablar con ellos más tarde para procesar lo ocurrido, disculparse y colaborar para la próxima vez aumenta su conciencia, desarrolla sus habilidades comunicativas y nos mantiene unidos.  

Eso parece:

  • "Lo de hoy ha sido complicado para los dos, ¿eh? Siento haberme frustrado...".
  • "Es difícil cuando yo necesito trabajar y tú quieres jugar, ¿verdad?".
  • "¿Qué te ayudaría a sentirte más cómodo durmiendo en tu cama grande...?".

Una de las ventajas de estas constantes luchas emocionales y de comportamiento con nuestros hijos pequeños es que tenemosmuchas oportunidades para mejorar y adaptar nuestro enfoque, dandoles amor y creciendo junto a ellos. Con paciencia, esfuerzo y valentía continuos, podemos considerar lo que funcionó, lo que no funcionó y lo que puede hacerse de forma diferente la próxima vez. Porque en la crianza,siempre hay una próxima vez. 

 

Dos mujeres de pie en un campo de flores.

Hannah y Kelty son gemelas, madres y copresentadoras del podcast sobre paternidadCrianza. Entrenadoras certificadas en Crianza Sencilla, Disciplina Positiva y formadas en el enfoque de crianza respetuosa, RIE, Hannah & Kelty empoderan a los padres para que crezcan junto a sus hijos por la cordura y el cambio social, elevando su disciplina conversación a conversación. 

Son co-padres en una granja a las afueras de Portland, Oregón, que comparten con sus parejas y sus hijos de 3, 4, 5 y 6 años. Más información sobre su coaching,Guía para hermanos,yEnfoque RESISTen su sitio web y sigue semanalmente sus preguntas y respuestas en directo sobre su estilo de crianza en Instagram

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